Nazareth Castellanos, neurocientífica, explica cómo el baile impacta positivamente en el cerebro y el bienestar emocional. María Dolores de la Puerta, doctora especialista en microbiota, comparte cómo la salud intestinal influye en la producción de serotonina. María Hidalgo, experta en baños de bosque, resalta sus beneficios para la salud mental. Katia Hueso, bióloga, detalla la conexión entre naturaleza y atención plena. Juntas, ofrecen estrategias prácticas para mejorar nuestro bienestar emocional y físico.
La serotonina, la hormona de la felicidad, se produce principalmente en el intestino, destacando la importancia de mantener una microbiota sana para el bienestar emocional.
Bailar no solo mejora la salud física, sino que también fortalece la conexión emocional entre las personas, promoviendo beneficios mentales significativos.
Deep dives
La serotonina y su producción en el intestino
La serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, se produce principalmente en el intestino, donde el 90% de ella se sintetiza a partir de las neuronas intestinales y de la microbiota. Esta conexión entre el intestino y el cerebro destaca la importancia de mantener una microbiota sana para una buena salud emocional. Un intestino en equilibrio no solo contribuye a nuestra sensación de bienestar, sino que también influye en la regulación de nuestras emociones y estados de ánimo. Por lo tanto, cuidar de nuestra salud intestinal es fundamental para promover la felicidad y el bienestar general.
Beneficios del baile para la salud mental y cognitiva
El baile se ha reconocido como una actividad que no solo mejora la salud física, sino que también tiene un impacto positivo en la salud mental y en la prevención de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer. Estudios han demostrado que bailar regularmente puede aumentar capacidades cognitivas en adultos, como la memoria y la atención, además de servir como una forma de ejercicio que también mejora la coordinación y el equilibrio. La conexión que se establece entre bailarines, tanto física como emocional, promueve la comunicación y el vínculo social, lo que refuerza aún más sus beneficios mentales. Este enfoque en la danza resalta su valor más allá del ejercicio, considerándolo vital para una vida saludable.
La conexión entre danza y emociones
Bailar no solo se trata de seguir pasos; también implica una sincronización emocional y física que puede generar una comunicación profunda entre las personas. Se ha observado que cuando dos personas bailan juntas, no solo se comparten movimientos, sino que también se crea un vínculo emocional que fortalece su conexión. Además, el acto de bailar favorece la liberación de endorfinas, las hormonas de la felicidad, lo que contribuye a una mayor sensación de bienestar. La experiencia del baile se asemeja a una forma de meditación en movimiento, donde se logra una atención plena en el presente.
La naturaleza como fuente de bienestar
La conexión con la naturaleza se ha demostrado que tiene efectos restauradores sobre la atención y el bienestar mental. Prácticas como el 'baño de bosque', originadas en Japón, evidencian cómo el contacto con el entorno natural puede reducir el estrés y la ansiedad, y mejorar la salud mental en general. Estar al aire libre permite una desconexión del ritmo acelerado de la vida diaria, proporcionando tranquilidad y una mejora significativa en la atención y el estado de ánimo. Este enfoque subraya la importancia de integrar momentos de naturaleza en nuestra rutina diaria para mantener un equilibrio emocional saludable.
Acabamos temporada hablando de actividades, acciones, gestos, actitudes que pueden proporcionarnos bienestar emocional. Empezamos escuchando a la neurocientífica Nazareth Castellanos explicando por qué a nuestro cerebro le sienta fenomenal bailar, explicamos con la doctora María Dolores de la Puerta de qué manera bailar, cantar o reírse, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a activar el nervio vago, uno de los principales del sistema nervioso, ese puente entre la mente y el cuerpo responsable de que las emociones intensas se manifiesten en síntomas físicos.
Ella también nos habla de la importancia de la microbiota y nos cuenta que la mayor parte de la serotonina, la hormona de la felicidad, se sintetiza en el intestino. Y nos detenemos en los beneficios del ejercicio físico y el contacto con la naturaleza con la especialista en baños de bosque María Hidalgo, la bióloga, Katia Hueso, el investigador José Luis Trejo o el entrenador, Vicente Roldán.