LO QUE TÚ DIGAS con Alex Fidalgo

En realidad esta charla es con Alberto García, porque Totó García ya no existe. Cuando Alberto era Totó, era un actor porno asiduo a los informativos y al escándalo, aunque nada era fruto de la locura o inconsciencia. Todo lo contrario: eran las maniobras de un empresario vendiendo hábilmente su producto. Aunque Alberto ya no quiere dar entrevistas, afortunadamente es oyente del podcast y por eso ha accedido a regalarme esta maravillosa charla. Hablamos del trabajo del actor porno, de cómo era descubrir el sexo en nuestra generación, del cine X de antes y del de ahora, de las redes sociales y su fauna, de la confusión de valores de hoy, de Torbe, de proposiciones indecentes... Dos horas con un estupendo conversador como él dan para mucho.

No ha sido fácil, pero al fin lo he conseguido. La idea de mantener y grabar una conversación con Fernando Sánchez Dragó me rondaba por la cabeza desde antes incluso de concebir este podcast que a día de hoy publico semanalmente. Tras sufrir mi machaconería durante meses, el pasado viernes el escritor me recibió en su casa de Madrid, en pleno barrio de Malasaña. Con él, y ante la atenta mirada de una 'amiga' suya que apenas superaba la veintena, hablé acerca de mi temor a envejecer, de la muerte, la felicidad, el éxito, el porno japonés y la pansexualidad. Un diálogo completito, ¡no me digáis que no!

Hoy en Lo que tú digas tenemos un episodio de película. Una película que podríamos llamar ‘La reina’ y que narra la historia de Miriam Gutiérrez, una chica humilde del barrio madrileño de Vallecas, rebelde pero con gran corazón, que como desgraciadamente pasa muy a menudo un día se enamora de la persona equivocada. Un hombre que, también como pasa a menudo, parece perfecto al principio pero acaba siendo el malo de la historia. Con él, Miriam se queda embarazada de una preciosa niña, Zaira. Y por él, Miriam da a luz con un moratón que cubre la mitad de su cara. Cuando llevaba ocho meses de embarazo, aquel hombre que parecía perfecto la golpeó brutalmente. En ese momento supo que tenía que empezar de cero. Ella sola con la pequeña Zaira y su gran pasión: el boxeo. Hoy, La reina, como la llaman sus compañeros de gimnasio, es boxeadora profesional, siete veces campeona de España amateur y tiene una familia maravillosa de la que no para de alardear. Esta es su historia.

¡Georges St-Pierre nuevo campeón del pesos medio de la UFC! Esto pasaba el sábado 4 de noviembre en el marco del evento UFC 217, en la que puede que sea la noche más apasionante y emocionante de la historia de las MMA. GSP, tras cuatro años sin competir, entraba al octágono y sometía al campeón, Michael Bisping, en el tercer round. ¿Cómo es esto posible? ¿Como puede un deportista retirarse y volver cuatro años después en condición semejante? Pues mucha gente no sabe que parte de la culpa la tiene un Licenciado en Derecho de Zaragoza. Suena a broma, pero es así. Se llama Jorge Blanco y es el entrenador de lucha de pie de Georges St-Pierre. Y por cierto también fue entrenador del vencido, de Michael Bisping. Qué cosas. Pero, ¿cómo un abogado maño acaba entrenando al que para muchos es el mejor luchador de artes marciales mixtas de la historia? En este regalo que me hago y le hago a los fans de las MMA, al que llamaré LQTD especial MMA, viajamos a Canadá para conocer a Jorge. Su historia, su día a día y su experiencia en la élite de este deporte.

Alberto Garrido era un niño con sobrepeso e introvertido. Como todos los niños 'diferentes', tuvo que sufrir la crueldad de sus compañeros, que le pegaban y se burlaban de él. Un día, viendo Terminator, pensó que si conseguía el imponente cuerpo del protagonista, aquellos chicos le dejarían en paz. Dicen los sabios que hay que tener cuidado con lo que se desea. Alberto, efectivamente, consiguió lo que anhelaba. U n cuerpo como el de su héroe, plagado de músculos y de grandes venas que recorrían sus bíceps y pectorales. Pero para ello tuvo que pagar un precio muy alto. Demasiado. De ser víctima de bullying, pasó a ser víctima de la vigorexia. Se volvió adicto a los anabolizantes, a la viagra y a las pastillas para dormir. Su cuerpo un día dijo basta, y Alberto casi no lo cuenta. Consiguió desengancharse, pero las cosas tampoco fueron fáciles a partir de ese momento. En el siguiente peldaño vital le esperaban las deudas y la depresión, que desembocarían en varios intentos de suicidio. Esta es la estremecedora historia de mi admirado Alberto Garrido contada por él mismo.

Entró tarde en la casa de Gran Hermano pero le sobró tiempo para ganarse a la audiencia. Estudió Sociología pero lo que de verdad despierta su curiosidad es el sexo. Judit Iglesias me recibe en su piso de A Coruña con Frank Sinatra a todo trapo. Encantadora, divertida y natural. Una mujer de contrastes: se declara exhibicionista pero pudorosa, es sobradamente sabia para unas cosas y aparentemente ingenua para otras. Tras proclamarse ganadora de un concurso que marcó un antes y un después en la historia de la televisión nacional, Judit escribió un libro llamado 'Las leyes del deseo' e impartió clases de sexo en un canal de YouTube que espera retomar. Es sábado y llego tarde a nuestro encuentro porque se me alarga la siesta, pero ella me perdona y se muestra presta y dispuesta a pesar de que la esperan para cenar.

Las niñas de Alcásser, el caso José Bretón, el 11-S o el 11-M son sólo algunos de los procesos en los que ha intervenido crucialmente el protagonista de este episodio. Ángel Carracedo es catedrático de Medicina Legal en la Universidad de Santiago de Compostela y uno de los mayores expertos en genética del mundo. Su estatus contrasta con su personalidad humilde, su calidez y campechanía. Durante esta hora y media de charla no pierde la sonrisa y no me corta ni me apremia a pesar de que tiene una clase a continuación y acabará nuestro encuentro sin tiempo para comer. Este es Ángel Carracedo, el amante del mar que pudo ser pescador o farero pero acabó trabajando para hacer del mundo un lugar mejor.

Dos amigos arreglando el mundo. El humorista Pepe Capelán se une a un servidor, Álex Fidalgo, para demostrar que se puede hablar de todo y de nada a la vez en este episodio especial de Lo que tú digas. ¿Temas tratados? Series juveniles de los 90, David Vidal, las bodas de hoy en día, artes marciales, youtubers y mucho más. Una conversación de dos horas que se puede definir con una única palabra: prescindible.

Sorprendentemente, la juventud del protagonista de este episodio 18 de Lo que tú digas es directamente proporcional a su sabiduría. Insultantemente joven y sobradamente culto, Javier Pérez Campos todavía no ha alcanzado la treintena y ya ha publicado cuatro libros y es parte imprescindible del equipo de un programa histórico de nuestra televisión como es Cuarto Milenio. Lo fue también de un programa legendario de la Cadena SER nos robó horas de sueño a miles de españoles durante más de una década: Milenio 3. Iker Jiménez intuyó sus capacidades y lo apadrinó, y han seguido trabajando codo con codo hasta el día de hoy. No es difícil intuir la sombra del periodista vitoriano al hablar con Javier. Un tío tranquilo, educado, y que, como diría su mentor, lanza más de un aldabonazo a lo largo de nuestra charla.

Desde hace tiempo quería charlar con alguien que me pudiese contar de primera mano lo que es la adicción a las drogas. Los comienzos, el día a día y la odisea de ponerle fin. Estando inmerso en mi búsqueda me entero a través de twitter de que Alonso Caparrós está hablando de ello en televisión. Aunque imagino que todos los que me estáis oyendo lo sabréis, os cuento que Alonso era uno de los personajes más populares de finales de los 90 en España. En esa época presentaba Furor en Antena 3, un concurso que reunía a millones de espectadores frente al televisor y que muchos recordamos con cariño. Ya en aquel entonces, sin nosotros saberlo, estaba batallando con su adicción a la cocaína. Alonso me recibe una tarde de domingo en su casa de Guadalajara, encantador y atento como también suele ser en sus apariciones televisivas, y en su sala de estar mantenemos esta conversación, a ratos divertida y a ratos desconcertante.