Un equipo de científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) se ha embarcado en un viaje para comprender los efectos potenciales de los agujeros negros primordiales (PBH por sus siglas, en inglés, Primordial Black Holes) en los cuerpos celestes de nuestro sistema solar. Y sus conclusiones apuntan a una alteración que se produciría una vez, al menos, cada década.
Los autores del artículo escribieron que "los agujeros negros primordiales (PBH) siguen siendo un candidato viable a materia oscura en el rango de masa de los asteroides. Señalamos que en este escenario, la abundancia de PBH sería lo suficientemente grande como para que al menos un objeto lo atraviese”