En esta charla, Jesús Bastante, redactor jefe de Religión Digital y colaborador de elDiario.es, analiza la reciente decisión de la Iglesia italiana de permitir que hombres homosexuales sean sacerdotes. Discute la contradicción de exigir celibato mientras se discrimina por orientación sexual. Además, presenta la historia de Jesús Donaire, un sacerdote expulsado por ser abiertamente gay, enfatizando la lucha por la inclusión en un contexto de discriminación. También se cuestiona la resistencia al cambio y la desconexión de la Iglesia española con la sociedad actual.
La decisión de la Iglesia italiana de permitir sacerdotes homosexuales representa un avance hacia la inclusión en la política eclesiástica.
A pesar de los cambios, muchos siguen enfrentando discriminación y represión, revelando la dificultad de vivir abiertamente su sexualidad en la Iglesia.
Deep dives
La apertura de la Iglesia italiana hacia sacerdotes homosexuales
La reciente decisión de la Iglesia italiana de permitir que hombres homosexuales puedan ser sacerdotes representa un cambio significativo en la política eclesiástica. Esta medida busca poner menos énfasis en la sexualidad individual, centrándose en el compromiso celibatario y la vocación más amplia del sacerdocio. Con ello, se plantea que el hecho de ser homosexual no debería ser un impedimento, dado que los sacerdotes están llamados a vivir en castidad, independientemente de su orientación sexual. Este paso es visto como una forma de ampliar la comprensión de lo que significa ser un líder religioso, dejando atrás la obsesión histórica de la Iglesia con la sexualidad.
La lucha interna de la Iglesia y la continua discriminación
A pesar de los avances, muchos dentro de la Iglesia siguen enfrentando discriminación, como se evidencia en la historia de un sacerdote homosexual que fue expulsado. Su experiencia resalta cómo la doctrina de la Iglesia todavía considera la homosexualidad como una condición anómala, lo que lleva a una fuerte represión y sensaciones de rechazo en aquellos que desean vivir abiertamente su orientación sexual. Esta actitud detrimental complica la labor de los sacerdotes y crea un entorno donde aquellos con inclinaciones homosexuales se sienten obligados a llevar vidas ocultas y reprimidas. La lucha por la aceptación y la normalización sigue siendo un tema delicado y a menudo tabú dentro de la Iglesia, limitando el reconocimiento pleno de las vocaciones diversas.
Las pequeñas victorias y los desafíos futuros
Los recientes cambios reflejan pequeñas victorias en la lucha por la inclusión de la comunidad LGBTQ+ en la Iglesia, aunque aún queda un largo camino por recorrer. El Papa Francisco ha comenzado a desafiar ciertas doctrinas, sugiriendo que ser homosexual no es un pecado y que los gays deben tener un lugar en la Iglesia. Sin embargo, existe una resistencia significativa, especialmente entre las jerarquías más conservadoras que ven estos cambios como una amenaza a la tradición. La educación y la apertura de diálogos sobre la diversidad sexual son cruciales para que la Iglesia evolucione y se convierta en un espacio donde todos puedan sentirse bienvenidos.
El Papa Francisco está enfermo. Los últimos días los ha pasado hospitalizado con una bronquitis que se ha complicado hasta generar una neumonía importante. Jorge Bergoglio tiene 88 años. Para los ateos lo más importante del legado de un Papa es su capacidad para desintoxicar de odios, fanatismos y fobias la moralidad de su religión. Este Papa ha dado algunos pasos, ha abierto algunas puertas. Hoy hablamos de una de ellas: En Italia, la Iglesia ha decidido admitir que hombres homosexuales puedan ser sacerdotes. Ahora, en teoría, ser gay no te invalida para ser cura.
Analizamos el calado de esta medida conJesús Bastante, redactor jefe de Religión Digital, y colaborador de elDiario.es en asuntos relacionados con la religión. Además, conocemos la historia de Jesús Donaire. Ha sido sacerdote y le expulsaron de la Iglesia, precisamente, por serlo abiertamente.
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