En Fragmentos hay una exposición que tienen que ver: por primera vez en nuestro país se presenta una muestra individual de Michael Armitage, un artista keniano-británico de solo 41 años que se ha convertido en una de las voces más relevantes del arte contemporáneo a nivel mundial. La exposición está compuesta por cuatro óleos de gran formato pintados sobre una tela elaborada con la corteza del lubugo, un árbol de la especie ficus muy común en Uganda, cuya fibra se utiliza tradicionalmente de mortaja funeraria. Armitage decidió emplear esta tela como lienzo, logrando una textura profundamente viva, similar a la huella que dejan las cicatrices. En esta muestra, titulada Balsa, el artista explora el tema de la migración y las historias que surgen en medio de esa realidad convulsa.
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