Raúl Limón es periodista de ciencia en EL PAÍS y experto en inteligencia artificial, mientras que Javier Salas es el jefe de la sección de ciencia. En esta conversación, discuten el impacto disruptivo de DeepSeek, considerado más eficiente que ChatGPT. Abordan diferencias clave en tratamiento de temas sensibles y la censura en la inteligencia artificial. También tratan la regulación necesaria en Europa, los desafíos de privacidad en la IA y su influencia en pequeñas empresas y el sector salud, subrayando tanto oportunidades como riesgos.
DeepSeek, una inteligencia artificial china, se destaca por ser más rápida y económica que ChatGPT, alterando la dinámica del mercado tecnológico.
La creciente preocupación sobre la ética y la protección de datos en IA refleja la necesidad de regulación, como la reciente AI Act en Europa.
Deep dives
El surgimiento de DeepSeek y su impacto en la inteligencia artificial
DeepSeek es una inteligencia artificial desarrollada en China que se distingue por ser más rápida, más económica y de acceso libre en comparación con las tecnologías de inteligencia artificial estadounidenses como ChatGPT. La creación de DeepSeek fue motivada por las limitaciones impuestas por Estados Unidos a la exportación tecnológica, lo que llevó a un emprendedor chino, Liang Wenfeng, a innovar en este campo. Su propuesta está diseñada para beneficiar a una vasta población, ofreciendo herramientas de inteligencia artificial que compiten directamente con alternativas populares en el mercado. Este desarrollo ha generado inquietudes entre las empresas tecnológicas estadounidenses, ya que la disponibilidad de una herramienta eficiente y gratuita altera las dinámicas del mercado y la inversión habitual en tecnologías existentes.
Diferencias entre DeepSeek y ChatGPT
A pesar de que tanto DeepSeek como ChatGPT son modelos de lenguaje que generan resultados basados en entradas del usuario, existen diferencias en su desarrollo y funcionamiento. ChatGPT, creado por OpenAI, utiliza tecnología avanzada de procesamiento y recursos significativos, lo que lo hace más costoso, incluyendo un sistema de 'refuerzo humano' para mejorar sus respuestas. Por su parte, DeepSeek se centra en la auto-aprendizaje para optimizar sus resultados, aunque actualmente no alcanza el mismo nivel de integración y versatilidad que poseen los modelos de OpenAI. En ejemplos comparativos, mientras ChatGPT ofrece explicaciones detalladas sobre eventos complejos, como la masacre de Tiananmen, las respuestas de DeepSeek pueden estar controladas por la censura gubernamental, reflejando la ideología del Partido Comunista Chino en sus respuestas.
Desafíos y regulaciones en la inteligencia artificial
Las preocupaciones sobre la protección de datos y la ética en la inteligencia artificial han crecido con la proliferación de herramientas como DeepSeek y ChatGPT. En Europa, se aprobó recientemente la AI Act, que establece regulaciones estrictas sobre el uso de la inteligencia artificial no de código abierto, buscando garantizar transparencia y responsabilidad en su funcionamiento. A pesar de estas medidas, todavía persisten vacíos legales sobre la responsabilidad civil frente a daños causados por decisiones tomadas por inteligencia artificial, lo que crea un ambiente incierto para los usuarios. La carrera tecnológica entre potencias, como Estados Unidos y China, añade una capa de complejidad, motivando un debate sobre la necesidad de balancear innovación y regulación para proteger a los ciudadanos de posibles abusos.
El lanzamiento la nueva inteligencia artificial DeepSeek puso en alerta a las tecnológicas estadounidenses que ven como una gran amenaza porque resulta ser más rápida, más barata y más eficiente que ChatGPT. Son miedos que tienen que ver con intereses comerciales, pero también con el hecho de que China es una dictadura.