Marco Aurelio recuerda que la fama es efímera y el olvido inevitable, incluso para los más grandes líderes y héroes. Comprender esta realidad nos libera de vivir buscando aprobación y nos enfoca en actuar con justicia y coherencia en el presente. La verdadera huella no está en cuánto dure nuestro nombre, sino en la rectitud con la que caminamos mientras estamos vivos.