Marco Aurelio nos recomienda empezar el díapreparándonos para lo inevitable: encontrarnos con personas difíciles. No es pesimismo, sino realismo. La clave está en no tomarnos, los errores ajenos, como algo personal y recordar que todos pertenecemos a una misma comunidad. El verdadero reto: no reaccionar impulsivamente, sino responder con templanza ante la imperfección humana.