Marco Aurelio recuerda que cada día es una oportunidad para retomar el camino, sin quedar atrapados en los errores pasados. Empezar de nuevo no es olvidar, sino aprender y actuar de forma distinta, liberándonos de la culpa estéril. Lo que nos define no es cuántas veces caemos, sino la decisión constante de levantarnos y corregir el rumbo.