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Quiero que mis hijos comprendan que el dinero no es un fin en sí mismo. Hacer dinero solo por hacerlo no tiene sentido, aunque sé que cuando falta, puede parecer lo más importante. Con el tiempo, he aprendido que, una vez que cubres tus necesidades básicas, el dinero se convierte en una herramienta poderosa: permite construir patrimonio, generar más riqueza y, sobre todo, crear un impacto real.

Crecí en un hogar donde la educación financiera no era un tema de conversación. Desde pequeño, escuchaba frases como "el dinero no se habla", "no crece en los árboles" y otras ideas marcadas por la escasez. Por eso, he trabajado en darle a mis hijos una relación mucho más sana con el dinero. En casa, hablamos de finanzas con total transparencia, les enseño cómo funciona y cómo lo administramos en familia, para que desarrollen una mentalidad de abundancia y responsabilidad.

En esta conversación con Pedro de Garay, comparto las estrategias que he aplicado con mis hijos para enseñarles educación financiera real, preparándolos para tomar mejores decisiones y aprovechar el dinero como una herramienta para su crecimiento y bienestar.