

2858. Fuentes de ingresos antagonistas
Hoy vemos la importancia de tener fuentes de ingresos complementarias y antagonistas para tener más estabilidad económica a lo largo de todo el año.
Pero antes, recordemos que en Boluda.com tenéis cursos para emprendedores, marketing online, desarrollo web, y todo lo que necesitáis para vuestro negocio online. Estamos en pleno curso de GamiPress, en el que aprenderemos a dominar la herramientas más potentes de gamificación para WordPress.
Y ahora sí, vamos al lío. Ya sabéis que siempre os hablo de diversificación. Es uno de esos temas que, cuanto más emprendemos, más claro vemos. Pero no se trata solo de tener muchas fuentes de ingresos distintas, sino que sean complementarias, incluso antagonistas. Es decir, que funcionen bien en momentos y contextos distintos. ¿Y cómo se hace esto? Pues paso a paso.
Primero, consolidamos una fuente de ingresos mínima viable. La exprimimos, la validamos, la estabilizamos. Y cuando vemos que ya se mantiene sola, sin que se nos caiga si le quitamos un poco de atención… entonces sí, vamos a por otra. Pero no cualquier otra: buscamos una que no compita con la primera, sino que la complemente. Si podemos añadir una segunda fuente sin perjudicar la primera, genial. ¡Ahí empieza el juego!
¿Dónde diversificamos? Podemos hacerlo en desarrollo de producto, en nuevos mercados, en diferentes cliductos (productos para distintos perfiles de cliente), o incluso directamente en negocios distintos. Pero siempre con una premisa clara: que sean diferentes entre sí.
Por ejemplo, podemos tener productos con margen alto (precio elevado, pocas ventas) y otros de rotación rápida (precio bajo, muchas ventas). O productos que vendemos por imagen, que no están pensados para escalar ni ganar dinero directamente, sino para posicionarnos.
También es importante mirar el ciclo económico: si tenemos algo cíclico, que funcione bien cuando todo va de lujo, es buena idea tener algo anticíclico, para cuando la cosa se pone fea. Igual con el posicionamiento: podemos ofrecer algo high end, exclusivo, premium… y algo low cost, para que nadie se quede fuera.
Si por ejemplo, montamos webs, podríamos tener una marca que hace webs con plantilla por 300 €, y otra que hace webs a medida por 5.000 €. O si hacemos formación, uno puede ser una mentoría premium, personalizada, y otro un curso grabado para hacer a tu ritmo.
También vale jugar con el tipo de cliente: podemos tener algo para los más novatos, introductorio, básico, y algo para los más expertos, especializado, profundo. En todos los casos hay valor, y público. Lo mismo con el tamaño de cliente: podemos tener algo para grandes empresas y algo para autónomos o pymes. O combinar B2B con B2C, o crear software para un nicho… y luego para otro.
¿Qué os recomiendo hacer para establecer esta estrategia? Pues simplemente listar todo lo que ofrecemos, revisar nuestras fuentes de ingresos, y ver cuáles de todas estas variables tiene cada una. Cuanto más repartido esté todo, más protegidos estamos. Si cae una pata de la mesa, las otras siguen sujetando.
La clave no es tener muchas fuentes, sino tenerlas pensadas estratégicamente, para que no todas dependan del mismo contexto, del mismo cliente, o de la misma economía. Así, pase lo que pase, siempre tendremos una forma de seguir avanzando.
Os dejo un contenido extra, un bonus en forma de episodio premium, en el que analizo mi caso, para que veáis cómo lo he querido organizar en mi caso. ¡Espero que os sea de ayuda y de utilidad! :)
Como siempre, muchas gracias a todos por vuestras valoraciones de cinco estrellas en iTunes y Spotify, suscribiros a los cursos para emprendedores y por estar ahí, al otro lado. Como siempre digo, sin vosotros, esto no sería lo que es. Sin vosotros esto simplemente, no sería.
Nos escuchamos mañana con más marketing online. Como siempre, a las 07:07. Hasta entonces… ¡Muy buenos lunes, y mejor semana!