Andrés Gil, subdirector de elDiario.es y experto en política europea, se sumerge en la historia de Syriza, un partido que un día representó la resistencia griega contra la austeridad. Habla sobre su ascenso político durante la crisis financiera y su conexión con otros movimientos de izquierda, como Podemos. Reflexiona sobre la elección de un ex banquero como nuevo líder en un intento de revitalizar la formación. Además, analiza las presiones europeas que llevaron a su caída y la desilusión con el futuro de la izquierda en Grecia.
Syriza emergió como respuesta a la crisis financiera en Grecia, pero su retorno a políticas de austeridad minó su popularidad y apoyo.
La elección de un nuevo líder, Estefanos Kasselakis, intentó revitalizar Syriza, pero su falta de unidad profundizó la crisis interna del partido.
Deep dives
El surgimiento y éxito de Siriza
Siriza, una coalición de partidos de izquierda, emergió en 2012 como respuesta a la crisis financiera en Grecia, superando al partido socialdemócrata PASOK y estableciéndose como líder de la oposición. Este auge se dio en un contexto de descontento social, donde las medidas de austeridad impuestas por la Troika llevaron a un aumento en las protestas populares, similar a lo que se vivía en España. Su éxito en las elecciones de 2015, donde obtuvo el 36% de los votos, marcó un hito significativo ya que desafió las políticas económicas dictadas por las instituciones europeas y prometió cambios radicales. Sin embargo, la presión externa y la necesidad de aplicar políticas de ajuste eventual erosionaron su apoyo, lo que sentó las bases para su posterior declive.
La crisis de identidad de Siriza
Después de perder la mitad de sus escaños en las elecciones generales de junio, Siriza se enfrentó a una crisis de identidad que llevó a la dimisión de su líder, Alexis Tsipras. En un intento por revitalizar el partido, se eligió a Estefanos Kasselakis, un empresario outsider, como nuevo líder, lo que generó expectativas de renovación. A pesar de su enfoque comunicativo y su habilidad para conectar con la ciudadanía, Kasselakis no logró unir al partido y finalmente anunció su ruptura, llevándose consigo a varios diputados. Este giro dejó a Siriza debilitado, permitiendo que el PASOK recuperara su posición como el principal partido de la oposición.
El legado de Siriza y sus implicaciones
El ascenso y caída de Siriza es visto como una advertencia para otros movimientos de izquierda en Europa, aludiendo a la dura respuesta de los mercados y las instituciones europeas ante cualquier intento de cambio radical. Aunque Siriza logró un momento de esperanza para muchos griegos al desafiarlas, su eventual retorno a las políticas de austeridad mostró las limitaciones de la política alternativa en un contexto de presión internacional. La percepción de desilusión con los partidos de izquierda ha dejado un impacto duradero, incluso en otros países como España, donde los partidos nuevos aspiran a replicar su éxito. Así, el caso de Siriza resuena como un recordatorio de las dificultades que enfrentan las fuerzas progresistas en un entorno político adverso.
Casi una década después de su victoria electoral incontestable, Syriza, el partido de izquierdas que simbolizó la resistencia de la ciudadanía griega ante las recetas neoliberales de la ‘troika', atraviesa su última oportunidad para no desaparecer. La formación que un día fue el espejo en el que mirarse para otras izquierdas alternativas europeas emergentes en la segunda década del siglo, Podemos entre ellas, acabó entregándose a un joven heredero millonario para reflotar el partido. El experimento fue un desastre y este fin de semana ha cerrado este episodio con la elección de un nuevo líder, éste sí, pata negra de la formación, con el reto de frenar su descomposición.
Con la colaboradora de elDiario.es en Grecia, Queralt Castillo, explicamos cómo terminó Syriza eligiendo a un ex banquero como presidente del partido, y con Andrés Gil, subdirector de elDiario.es y jefe de Internacional, recordamos qué significó Syriza en aquel contexto de crisis financiera global y recortes en toda Europa.
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