Sinhogarismo: el extremo de la crisis de la vivienda
Nov 25, 2024
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Sergio C. Fanjul, periodista de Cultura en El País y autor de 'La España Invisible', se adentra en la grave crisis de la vivienda en España. Discute cómo los altos precios de los alquileres afectan el salario de los trabajadores y aumentan el riesgo de desahucios. Además, aborda la complejidad del sinhogarismo, incluyendo las particularidades de género y conceptos como la aprofobia. Fanjul también evalúa la importancia de un acceso sostenible a la vivienda como solución a este problema social urgente.
Los altos precios del alquiler en España imposibilitan que muchas familias cubran gastos esenciales, aumentando el riesgo de desahucio y sinhogarismo.
El enfoque actual para abordar el sinhogarismo es asistencialista, sin atender las causas estructurales como la falta de vivienda asequible.
Deep dives
Impacto de los altos precios del alquiler
Los altos precios del alquiler en España suponen una carga significativa para los trabajadores, llegando a consumir hasta el 40% de sus salarios. Esta situación económica precaria impide a muchas familias cubrir otros gastos esenciales, lo que aumenta el riesgo de desahucio y puede llevar a la pérdida total de un hogar. En los últimos diez años, el sinogarismo ha crecido un 25% en el país, y se prevé que la actual crisis de vivienda exacerbe esta tendencia. Más de 28,000 personas en España no tienen hogar, y los efectos de la crisis habitacional son evidentes a través de perfiles diversos de personas que enfrentan esta realidad, desde aquellos que viven en la calle hasta quienes se alojan en refugios o viven en condiciones de hacinamiento.
Percepción y estigmatización del sinogarismo
El sinogarismo no solo se limita a las personas que duermen en la calle, sino que también incluye a aquellos que viven en albergues o en situaciones precarias sin un hogar estable. La idea de que el sinogarismo es un problema individual basado en decisiones personales es un estereotipo erróneo; es, en realidad, un fenómeno estructural relacionado con la falta de acceso a la vivienda. La mayoría de las personas que viven en la calle son hombres, a menudo debido a percepciones culturales que asocian la experiencia de vivir en la calle con una forma de virilidad. Además, las mujeres tienden a buscar soluciones alternativas, como albergues, donde están más seguras, lo que resalta la vulnerabilidad de estos grupos en situaciones críticas.
Soluciones estructurales y la necesidad de cambios
El enfoque actual para abordar el sinogarismo en España es principalmente asistencialista, lo que significa que los esfuerzos se centran en gestionar la emergencia sin solucionar las causas subyacentes. La falta de vivienda asequible y el estancamiento de salarios agravan esta crisis, creando un ciclo en el que las personas quedan atrapadas en la falta de opciones. Programas como 'Housing First' en otros países han demostrado la eficacia de proporcionar viviendas directamente a personas sin hogar, lo que resalta la necesidad de adoptar nuevas políticas en España con una inversión significativa. Para combatir el sinogarismo de manera efectiva, es crucial cerrar el grifo de la problemática habitacional, deteniendo la afluencia de personas a este estado de vulnerabilidad en primer lugar.
En España, los altos precios del alquiler que, en muchos casos, se llevan el 40% del salario de los trabajadores, dejan a miles de personas en una situación económica muy vulnerable. Una presión que impide, además, que muchas familias puedan afrontar otros gastos esenciales o imprevistos, lo que incrementa el riesgo de desahucio. Y, en casos extremos, la pérdida total del hogar. Una realidad compleja, la del sinhogarismo que tiene muchas caras y que, sin embargo, está llena de estereotipos.
Hablamos con Sergio C. Fanjul, compañero de la sección de Cultura de El País y autor de La España Invisible (Editorial Arpa) y con José Manuel Caballol, director general de Hogar Sí, organización que combate el sinhogarismo.