Lo que no expreses tú, lo expresará tu cuerpo. - NEUROFISIOLOGÍA de la represión emocional.
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Aug 6, 2025
Exploran cómo las emociones reprimidas afectan al cuerpo y la salud física. La amígdala y el hipotálamo juegan roles cruciales en la respuesta emocional. Reprimir emociones provoca tensión muscular crónica y alteraciones en la respiración. El cuerpo se prepara para actuar, pero la emoción se contiene, lo que lleva a problemas en la inmunidad y digestión. Además, ofrecen estrategias para liberar esas tensiones, como escribir sobre lo que no se expresa. Una conexión fascinante entre emociones y bienestar.
17:56
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Dolor físico como expresión emocional
Laura sufrió un dolor de espalda constante durante años sin causa aparente.
Su fisioterapeuta le ayudó a ver que el dolor era expresión de emociones reprimidas.
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Emociones como movimiento biológico
Las emociones son impulsos biológicos que preparan el cuerpo para actuar.
La comunicación emocional va más allá de las palabras, también se expresa corporalmente.
insights INSIGHT
Represión emocional y tensión corporal
Cuando reprimes una emoción, se activa el cuerpo pero no actúas, generando tensión.
Es como acelerar y frenar al mismo tiempo, dejando la energía contenida.
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Cuando reprimes una emoción, ¿qué pasa realmente en tu cuerpo?
El origen de la emoción en el cerebro
Las emociones nacen principalmente en estructuras subcorticales:
Amígdala: detecta amenazas o estímulos significativos y dispara respuestas rápidas.
Hipotálamo: coordina respuestas autonómicas (frecuencia cardíaca, presión arterial, sudoración).
Ínsula: conecta las sensaciones viscerales con la experiencia consciente de la emoción.
Normalmente, estas señales ascienden hacia la corteza prefrontal (CPF), que interpreta y regula la respuesta.
2. ¿Qué ocurre cuando reprimimos una emoción?
La represión implica un acto cortical consciente o semiconsciente:
La corteza prefrontal dorsolateral y la corteza cingulada anterior activan circuitos de control inhibitorio, intentando suprimir la respuesta emocional originada en la amígdala y otras áreas límbicas.
Esto no elimina la emoción; la descarga fisiológica (aumento de adrenalina, tensión muscular, liberación de glucosa) sigue ocurriendo, solo que se “contiene”.
3. Consecuencias fisiológicas
Tensión muscular crónica: sobre todo en cuello, mandíbula y diafragma, ya que el cuerpo “se prepara” pero no ejecuta la acción emocional.
Patrones respiratorios alterados: se reduce la amplitud y la regularidad de la respiración, afectando la oxigenación y el equilibrio del sistema nervioso autónomo.
Hiperactivación del sistema simpático: aumento de cortisol y adrenalina, lo que a largo plazo afecta la inmunidad, la digestión y la calidad del sueño.
4. Impacto a largo plazo
Somatización: el cuerpo “habla” por donde no puede hacerlo la emoción, apareciendo síntomas como gastritis, dolores musculares o migrañas.
Desregulación emocional: la amígdala se vuelve más reactiva con el tiempo, ya que el circuito de inhibición no resuelve la carga emocional, solo la posterga.
Cambios estructurales: estudios de neuroimagen muestran que la represión crónica puede alterar la conectividad entre la amígdala y la corteza prefrontal, disminuyendo la capacidad de regulación sana.