Íñigo San Millán, fisiólogo y director de rendimiento del equipo ciclista UAE, profundiza en el legado de Otto Warburg, pionero en la investigación del cáncer. Habla sobre cómo las células tumorales pueden ser vistas como una versión mejorada de nosotros mismos. Además, analiza el impacto del lactato en el cáncer y su dualidad como aliado y adversario. También se considera cómo el ejercicio puede servir como una estrategia terapéutica, mejorando la salud metabólica y potencialmente reduciendo el riesgo de cáncer.
El descubrimiento de Otto Warburg sobre el metabolismo de las células tumorales resalta la importancia del lactato en el crecimiento canceroso y la evasión del sistema inmunológico.
La investigación sugiere que el ejercicio regular puede mejorar la salud metabólica y reducir el riesgo de cáncer al optimizar la función mitocondrial.
Deep dives
La influencia de Otto Warburg en la investigación del cáncer
Otto Warburg realizó investigaciones clave sobre el metabolismo de las células tumorales, comenzando sus estudios en 1923. Observó que las células cancerosas consumen glucosa en grandes cantidades, convirtiéndola en lactato en lugar de oxidarla para producir energía, lo que define el efecto Warburg. Esta adaptación metabólica permite a las células tumorales proliferar de manera eficiente, describiendo una forma sofisticada de reproducción celular anormal. A pesar de su importancia, las contribuciones de Warburg fueron en gran medida ignoradas durante casi un siglo, hasta que los avances recientes comenzaron a rescatar sus ideas sobre el cáncer como una enfermedad metabólica en lugar de meramente genética.
El papel del lactato en el cáncer y el rendimiento deportivo
El lactato, producido en exceso por las células tumorales, actúa no solo como fuente de energía para el crecimiento tumoral, sino también como una molécula señalizadora que facilita procesos como la angiogénesis y la evasión del sistema inmunológico. Investigadores como Íñigo Samillán han conectado el estudio del lactato en deportes de alto rendimiento con la manera en que los tumores utilizan esta molécula para sobrevivir y crecer. Samillán, quien ha trabajado tanto con atletas de élite como en la investigación del cáncer, demuestra que un entendimiento integral del metabolismo puede abrir nuevas puertas en el tratamiento del cáncer. Esta intersección entre el deporte y la enfermedad puede cambiar la manera en que se abordan terapias y prevención en oncología.
Prevención del cáncer a través del ejercicio físico
La perspectiva de Warburg sugiere que el ejercicio físico puede ser una herramienta eficaz para combatir el cáncer al mejorar la función mitocondrial y reducir la acumulación de lactato en el cuerpo. Se argumenta que el movimiento regular y activo puede alejar a las células de un metabolismo propenso a desarrollar cáncer, similar al entrenamiento de los atletas de élite que optimizan su energía a través del ejercicio. Se enfatiza que la salud metabólica es clave en la prevención del cáncer, destacando la necesidad de mantener un estilo de vida activo. A medida que se empieza a comprender esta conexión, se plantea que hábitos saludables pueden ser fundamentales para mantener alejadas las enfermedades malignas.
El cáncer es una enfermedad de los genes, pero también del metabolismo. Las células tumorales son quizá una versión mejorada de nosotros mismos. ¿Cómo podemos tratar una enfermedad que evoluciona casi hasta la perfección? Después de casi 100 años sin los avances anunciados en torno a la genética, los descubrimientos que un científico llevó a cabo hace un siglo pueden ahora abrir nuevas vías de tratamiento. Su nombre, Otto Warburg. Contamos su historia y lo hacemos de la mano de un científico español que investiga el cáncer y fabrica ganadores del Tour de Francia.
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Este proyecto cuenta con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología - Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.