Quién haría una lista con las cosas más corrientes, con eso de lo que casi es imposible acordarse porque se impregnó de un anodino y tristemente célebre color gris. Lo modesto no se deja atrapar, rehúye la precisión. Pero si lo pensamos, ese millón de cosas que no sabríamos destacar, que no merecen un recuento, que caen a martes, a jueves, a domingo.