El Festival de Cannes nos permite cada año hacer una fotografía a la industria del cine mundial. Por dentro y por fuera. Es decir, conocemos cuáles son las dinámicas de la industria, con los precios por las nubes y con el temor de que esos aranceles de Trump a las películas extranjeras perjudiquen al cine independiente. Pero también cuáles son los miedos, los sueños, los problemas que la sociedad enfrenta en este mismo momento, un tiempo de individualismo extremo, de guerras y genocidios y donde la mentira parece haber ganado a la verdad. De ahí que la sección oficial de este certamen, el más importante del mundo, refleje tendencias comunes.