En ninguna otra competición deportiva de este verano han tenido tanta visibilidad las protestas contra la masacre de Israel en Gaza como en La Vuelta Ciclista a España. Al pasar por pueblos y ciudades, por espacio público, es un escaparate político más difícil de controlar que el fútbol o el baloncesto. En Bilbao, los manifestantes consiguieron que se cancelase la recta final de la carrera la semana pasada; este martes, volvieron a provocarlo en Galicia. Ha habido detenidos en distintas partes de España. La afición y los vecinos han salido a la carretera para convertir cada etapa en un acto de denuncia.
Interviene Haina Faydi, del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones contra Israel.
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